Siete recomendaciones para construir calidad de vida en la edad mayor

Las redes de apoyo social son determinantes en la salud de la persona mayor. Foto Alena Darmel.
Por Ana Patricia Cerón Guerrero. Psicóloga. Especialista en Desarrollo Infantil

La soledad, el aislamiento social, y falta de actividad física son factores que inciden de manera nefasta en esta etapa de la vida;conocerlos y actuar con prevención es la opción que nos llevará a tener una vida mejor. Sxxi.net Psychology. Octubre 11-2023.

Miremos las cifras

En 2023 la población mayor de Colombia asciende a 7.61 millones; 4.22 millones son mujeres (55.4%) y 3.39 millones hombres (44.6%), según datos oficiales.  Esto significa que el país está presentando la misma tendencia de envejecimiento que ocurre a nivel mundial, lo cual requiere  de parte de los gobiernos y de la ciudadanía, actuaciones responsables que se deben implementar desde ya, para que orienten el acercamiento a la edad mayor desde una mirada de prevención de la enfermedad y de aumento de la calidad de vida. Esto se logra dando manejo a variables psicológicas, sociales y económicas, que giran en torno a esta realidad, que, sin duda, golpeará duramente a las personas mayores, a sus familias y al país si no tomamos medidas oportunamente.

¿Por qué son más vulnerables las personas mayores?

Usualmente, la población mayor tienen pocas redes de apoyo o ninguna; sufre escasez de recursos económicos, falta de oportunidades y habilidades para obtenerlos, o padece de alguna discapacidad; presenta aumento del deterioro físico y psicológico; se le dificulta la movilidad, tiene afectación de la visión, de la memoria; pueden estar afrontando procesos de duelo; es una población con elevado porcentaje de enfermedad. Sin embargo, algunos de estos factores que aquejan la vida de la persona mayor pudieron haberse prevenido con la práctica de hábitos saludables y fortaleciendo las redes afectivas de apoyo.

¿Cómo influye la soledad y el aislamiento social en la persona mayor?

Las relaciones sociales son determinantes en la salud física y mental de la persona mayor, constituyéndose en una condición protectora que mejora la calidad de vida, la cognición, el sentido de protección, de seguridad, aumenta la masa muscular, disminuye las comorbilidades o su gravedad. La soledad y el asilamiento social por su parte, disminuyen la resistencia a enfermedades, afectan drásticamente el sistema inmunológico, influyen negativamente en el equilibrio hormonal y en la esfera psicológica, inciden en tener malos hábitos alimenticios, deterioran la salud emocional, aumentan la tendencia al sedentarismo, acrecientan la presencia de enfermedades crónicas; la aparición de procesos inflamatorios y estrés oxidativo; hay mayor riesgo de abuso; presencia del síndrome de fragilidad. De hecho, se ha encontrado una relación directa entre aumento del 29% en el riesgo de enfermedad coronaria y de 32% de accidente cerebrovascular a causa del aislamiento social, independientemente de los factores de riesgo existentes en cada individuo. Datos extraidos de investigaciones realizadas por Sepúlveda-Loyola, Angulo, Bessa, Damiat y otros autores (2018-2020).

¿Qué perjuicios ocasiona la falta de actividad física?

Igualmente, la falta de actividad física, que se deriva muchas veces de la soledad induce a la inactividad y no a la acción; es determinante en la aparición de todo tipo de enfermedades físicas y psicológicas; contribuye a la afectación del sistema inmunológico haciendo vulnerables a las personas mayores ante virus y bacterias; somete a este grupo poblacional a hospitalizaciones, y a que sean más prolongadas; se relaciona con deterioro de la masa muscular y de la estructura ósea generando dependencia; favorece la aparición de problemas cardiovasculares, cáncer, diabetes, obesidad, mala calidad del sueño, entre otras afectaciones graves.

¿Qué hacer ante esta realidad que golpea duramente a la persona mayor y su familia?

Como hemos insistido, la mejor acción es la prevención desde edades tempranas para lograr el objetivo de tener una vejez digna, con buena salud. solidez económica, vitalidad, autonomía, independencia, y proyectos por desarrollar; nunca es tarde.

No obstante, si aún no se han logrado algunos de estos objetivos aquí recomendamos ideas posibles de realizar.

1-Gracias a la experiencia acumulada y los saberes construidos, la persona mayor puede iniciar emprendimientos que le permitan concretar sueños, obtener recursos económicos, utilizar el tiempo libre de manera creativa y productiva.  Muchas empresas están ofreciendo capacitación y asesoría especializada a esta población para el desarrollo de ideas de negocio. En el mundo se han reportado experiencias exitosas de personas mayores que crearon grandes empresas a esa edad como es el caso de Kentucky Fried Chicken.

2-Es fundamental que las familias tomen conciencia de la situación a la que se ve abocada la persona mayor y centre su atención en favorecer la constitución de redes de apoyo social que, desde el amor, la paciencia, la comprensión, la bondad, la generosidad, la consideración, la compensación y el agradecimiento, acompañen, motiven, eduquen y estimulen hábitos saludables en la persona mayor.

3-Vincular a la persona mayor a actividades ofrecidas por las entidades gubernamentales, cajas de compensación, entidades privadas, que favorecen la socialización, el encuentro entre iguales, la comunicación, la amistad, la recreación, la alegría, contrarrestan la soledad, y  fomentan el entrenamiento de procesos cognitivos.

4-Construir desde antes de llegar a esta etapa y, en esta fase de la vida, conciencia sobre la necesidad de hacer actividad física en distintas modalidades para evitar enfermedad. En tal sentido, se recomiendan 30 minutos diarios de actividad optando por planes de ejercicios personalizados, que incluyan distintas modalidades de movimiento como aeróbicos, estiramiento dinámico y estático, ejercicios de equilibrio para reducir riesgo de caídas; de fuerza para ganar masa muscular. Prácticas como caminar a buen ritmo, montar en bicicleta, bailar, trotar, nadar, pilates, yoga, tai chi, meditación, son fundamentales para tener buena salud, siempre adaptadas a la capacidad, interés y disfrute de cada persona y orientados por profesionales.

5-Nutrición adecuada rica en proteínas y verduras principalmente, eliminando la comida chatarra, embutidos, azúcar, lácteos, alimentos con gluten, aceites de mala calidad, grasas trans, buena hidratación, recordando que los malos hábitos alimenticios patrocinan la enfermedad.

6-Desarrollar mentalidad positiva, agradeciendo a diario lo que se tiene, buscando crecer personal y espiritualmente, brindando solidaridad, servicio a la comunidad, experiencias que animan y dan utilidad a la vida.

7-Participar en procesos sociales comunitarios, grupos de danza, tejido, bordado, arte, pintura, música, gastronomía; pertenecer a grupos de apoyo, grupos de mujeres, vincularse a capacitaciones que ofrecen las administraciones locales o las entidades gubernamentales; todo esto ayuda a tener una vida con sentido, mejoran la salud física y mental y contribuyen a construir calidad de vida.

“La vejez empieza cuando se pierde la curiosidad”José Saramago

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