Una profunda sensibilidad por la población infantil se hizo evidente en el discurso de la Alcaldesa Claudia López al hacer entrega del borrador del Plan de Desarrollo al Consejo Territorial de Planeación.
En su intervención la Alcaldesa hizo énfasis en la necesidad urgente de invertir en la infancia, para que niñas y niños reciban afecto, tengan calidad de vida, oportunidades, nutrición y estimulación adecuada.
El Plan fue alimentado con el aporte de 7.790 estudiantes de colegios públicos y privados quienes contribuyeron con su visión de ciudad a través de cuentos que partieron de la pregunta ¿cómo sueñan a Bogotá? “Es el documento más importante, en el que niñas y niños dicen qué sueñan, que temen, a qué aspiran. Leyendo esto llegamos a la conclusión de que la ciudad necesita un contrato social y ambiental para el Siglo XXI”, dijo la Alcaldesa.
Muchos niños y niñas que respondieron la pregunta, tienen miedo de salir a la calle, desean que sus padres lleguen más temprano a casa, que consuman menos alcohol, que compartan más, que no lleguen a desquitarse con ellos. La pregunta es ¿qué podemos hacer para que esos anhelos se cumplan?, indagó la mandataria distrital.
Insistió en que la inclusión empieza cuando se tienen hijos amados y deseados. “Los estudios demuestran que el 40 % de lo que somos en la vida se explica por lo que fuimos en esos 5 años iniciales; si somos amados, cuidados, alimentados y estimulados adecuadamente; pero si empezamos a beneficiar a los niños a los 8 o10 años, esos niños ya perdieron oportunidades valiosas. Nada reemplaza el amor, cuidado, protección, atención, nutrición de esos 5 años”, aseguró.
De igual forma, destacó 2 grandes desafíos en materia de infancia para la ciudad: el primero tiene que ver con cerca de 40 mil niños bogotanos que padecen hambre, lo que es inaceptable en una región que produce tanta riqueza; el segundo, hace referencia a que el mismo número de niños no pueden ingresar a estudiar.
Otro reto señalado por la Alcaldesa Claudia López es disminuir la deserción. “El grado más crítico para deserción escolar es el noveno grado y ocurre en un periodo muy sensible de la vida. Ese indicador explica problemas de delincuencia, salud, afectivos, consumo de sustancias psicoactivas. Cabe destacar que los niños quieren que la educación sea divertida y estimulante. Entre todos debemos hacer la educación más divertida”.
Finalmente exhortó: “Necesitamos incluir a los excluidos para honrar a niñas y niños, para reducir la pobreza de las mujeres, para que 400 mil jóvenes que no trabajan puedan desarrollar su potencial; cambiar los hábitos de vida porque de lo contrario no vamos a tener planeta en el que podamos vivir. Necesitamos una sociedad que nos brinde oportunidades para ser lo que queramos ser”.
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