Columna de opinión*
Miguel Ángel Baquero, es un empresario bogotano de 44 años y desde muy joven analiza desde el
sector privado el enfoque gerencial que se le debe dar a Bogotá.
Vamos a ponerle positivismo a la hora de opinar sobre el devenir de la ciudad. Los bogotanos y el
país en general asistimos por estos días a una discusión, en la que el gobierno Nacional y Distrita
se han trenzado sobre el presente y futuro del metro para la ciudad.
Es mucho lo que se ha escrito y mucho también, lo que se ha hablado; pero no por ello, voy a
cohibirme de opinar como empresario bogotano, sobre este asunto.
El gobierno del alcalde Peñalosa, cualquiera que haya sido su interés, dejo firmado el contrato de
la construcción de la primera línea del metro para Bogotá, lo que no logro ninguno de sus
antecesores.
El documento firmado, tiene especificaciones muy claras; modificar los términos pactados traería
consecuencias jurídicas, económicas y sociales. Además, los tiempos de desarrollo de la obra
demorarían según los expertos 10 años más.
Cuando la alcaldesa Claudia López, inicio su gobierno, dijo que, a pesar de no estar de acuerdo con
el diseño, respetaría el contrato firmado por Enrique Peñalosa, y anunció que, haría lo posible para
que la segunda línea del metro fuera subterránea. Hoy, los Bogotanos le creemos.
Ahora resulta que el egocentrismo del señor presidente de la República, Gustavo Petro, plantea
cambiar los diseños y le advierte a la alcaldesa Claudia López, que, si no acepta la modificación del
trazado; algunos proyectos de infraestructura vitales para la ciudad se verán afectados.
Petro quiere que el metro sea subterráneo y Claudia López, sostiene que cambiar a estas alturas la
suerte del metro, ocasionará problemas de movilidad a Bogotá y sobre costos.
Si el gobierno nacional insiste en hacer su voluntad, los bogotanos tendremos que pagar 12
billones de pesos más, por el prurito del señor presidente de ver deslizándose unos vagones por
socavones.
El presidente puede ir hablar con su homólogo chino como lo ha anunciado recientemente vía
Twitter, su herramienta favorita para gobernar, y discutir el asunto en cuestión, la constitución y la
ley se lo permite. Pero no dejara de ser otro de sus tantos paseos ya que lo que no entiende el
señor presidente es que la solución no está en oriente.
Seguramente lo que hará el señor Xi Jinping es escucharlo y nada más. Es como cuando el
arrepentido quiere ir al cielo, sin haber saldado sus culpas con el representante de Dios en la
tierra.
Ahora esperaríamos que la reunión que sostuvieron Petro y Claudia permita un buen
entendimiento, y aunque todos sabemos que Claudia quiere ser presidente de Colombia, lo que
menos le gustaría es mostrar debilidad, y Petro junto con su séquito no van a permitir tan fácil que
alguien venga aguarles la fiesta.
Lo mejor que se debe hacer es, dejar que se construya la primera línea del metro tal cual esta y
contratar la segunda línea del metro subterráneo.
Es suficiente lo que vivimos los bogotanos con la inseguridad y los altos precios de los alimentos de
la canasta familiar, para seguir atormentados por el suplicio en que se convierte el desplazarse por
la ciudad, afecta en su salud mental a los ocho millones de habitantes que tiene la ciudad y que
claman por #unmetroya
*El contenido es responsabilidad del columnista
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