Por: Dario Salazar, director Sxxi.net
El barrio La Esmeralda esta incrustado en el corazón de Bogotá, conformado por casas y apartamentos, que se distribuyen entre las carreras 50 y 60 entre calles 44 y 53.
Sus residentes son apacibles familias, que han vivido de manera tranquila durante cincuenta años, defendiendo en varias ocasiones las embestidas de los urbanizadores que quieren sus terrenos para desarrollar proyectos multifamiliares y de uso múltiple.
Este barrio es pretendido por su estratégica ubicación, está rodeado por el CAN, el parque Simón Bolívar, La Universidad Nacional y las urbanizaciones Rafael Nuñez y Pablo VI. Sus zonas verdes y espacios deportivos son aprovechados tanto por los residentes como vecinos que disfrutan de su abundante naturaleza y espacios de recreación. La presión comercial ha invadido su periferia, pero su Junta Comunal y habitantes dan una lucha continua para hacer respetar su condición de zona residencial. En años anteriores se han presentado con escrituras falsas para tomarse sus áreas comunes a lo que la comunidad ha respondido exigiendo a la ciudad que les haga respetar su espacio público, ganando siempre el derecho a la vida tranquila y en paz.
Sus habitantes, en su mayoría adulto mayor, argumentan que la organización y red social son invaluables, porque al pasar de los años han construido comunidad solidaria y comprometida con el cuidado del ambiente y de ellos mismos. En una de sus áreas de bosque se ha establecido un jardín y huerta, espacio don se reúnen para cuidar su recurso natural y continuamente están sembrando árboles y defendiendo su derecho al ambiente sano. El salón comunal es un espacio aprovechado para talleres, seminarios, baile, ejercicio, pintura, y cuantas actividades sus vecinos quieran realizar por el bien común. Las zonas deportivas son utilizadas a diario con prácticas de futbol, baloncesto, voleibol, microfútbol y tenis en canchas de cemento y polvo de ladrillo. Las zonas verdes son espacio de recreación y disfrute de las familias y sus mascotas.
En el 2019 el Plan de Ordenamiento Territorial de la Capital de Colombia, pretende incluir este barrio, así como Pablo VI, Quirinal y Salitre Greco en zonas de intervención para abrir estas zonas protegidas a los urbanizadores y comerciantes y convertirlo en áreas densas con mezcla de usos.
Las familias de La Esmeralda, se han unido para decir no a los urbanizadores, pidiendo respeto a su derecho de permanecer en sus casas y seguir considerando el barrio bajo la normatividad residencial y conservando su bella arquitectura. La Esmeralda es un Ecobarrrio, que aporta oxígeno a la ciudad con sus zonas verdes y parques, que no debe ser saturado con edificios, ni afectar su red social y comunitaria que se constituye en un fuerte tejido social que contribuye al mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes. El barrio La Esmeralda le pide al gobierno distrital a través del Concejo de la ciudad y al Alcalde Mayor respetar el querer de los ciudadanos, y hacen un llamado a la comunidad distrital, nacional e internacional para que los apoyen en su propósito de ser un ecobarrio que de ejemplo de calidad de vida y convivencia en Bogotá.
El libre mercado no debe pasar por encima de los intereses públicos y son los ciudadanos los que hoy se alzan ante el mundo para hacer respetar su derecho a la calidad de vida y a un ambiente sano. De diferentes sectores llega la solidaridad y se unen para que el Plan de Ordenamiento respete el querer del constituyente primario que son sus ciudadanos. No al POT suena en toda Bogotá y en especial en La Esmeralda.