Prevengamos la violencia contra niñas y niños ¡Actuemos!

Debemos proteger a nuestros(as) niños(as) de todas las formas de violencia. Foto Kindel Media.

La población infantil colombiana sufre las formas más aberrantes de violencia y la sociedad sigue indiferente. 

Por Ana Patricia Cerón Guerrero. Psicóloga.
Especialista en Desarrollo Infantil Fundación S-XXI –

Ante los hechos ocurridos con niñas y niños violentados(as), asesinados(as) o desaparecidos(as) en nuestro país en los últimos días, los actores sociales deberían haberse levantado en protesta de manera masiva por tanta maldad ejercida contra ellos(as), pero nada ocurre.  Todo se reduce a una noticia amarillista para ganar audiencia, una velatón en honor al niño(a), “Un angelito más que llegó al cielo”, dicen para calmar las culpas; pronto se tapa la gravedad de los hechos con pan y circo y, en pocos días, olvido total.  Mientras tanto, nuestras niñas y niños permanecen expuestos a la violencia de quien quiera ejercerla contra ellos(as), sin límites, y la mayoría de las veces en total impunidad.

¿Quiénes son los victimarios?

Innumerables estudios corroborados por las cifras institucionales señalan principalmente a padres, padrastros, familiares, amigos cercanos, maestros, vecinos, madres, cuidadoras(es), grupos al margen de la ley, como los causantes de esta vil actuación; así lo confirma el Ministerio de Justicia: “En el 53% de los casos de violencia contra menores, el victimario es un pariente cercano; mientras que en el 27% es una persona conocida. Cada cinco días, un menor de 11 años es asesinado en Colombia. Muchos de estos hechos quedan en la impunidad. Las autoridades coinciden en que la mayoría de los casos con un desenlace fatal inician con reportes de desaparición”, asegura la entidad.

Prácticas que atentan contra la vida, la salud y la integridad de nuestra población infantil y juvenil 

Violencia física, sexual y psicológica, homicidio, negligencia, acoso escolar, abandono especialmente del padre, uniones tempranas, matrimonios forzados y serviles, pornografía y prostitución, situación de alta permanencia en calle, trabajo infantil, reclutamiento forzado, el alquiler de bebés, niñas y niños para mendigar, (práctica que se ha extendido con el agravante de que son sometidos(as) a consumo de drogas para que “no lloren, ni molesten”).  Estas formas en que se disfraza la violencia están a la orden del día en nuestro país.

Cifras del horror que viven los(as) niños(as) en Colombia (2023-2024)

La Procuraduría General de la Nación emitió un comunicado en abril del 2024, catalogando como “inconcebible y reprochable el actual panorama de violencia infantil en el país”.  Y es que los datos aterradores de cómo se atenta contra esta población revelan “el peligro y riesgo permanente al que están expuestos niños, niñas y adolescentes, pese a que la Constitución Política y las leyes, obligan a la familia, la sociedad y al Estado a velar por su protección y sus derechos, que son prevalentes”, señala el comunicado, pero todo se queda en el papel.

El Instituto de Medicina Legal en su boletín de diciembre 2023, aporta las siguientes cifras: 607 niñas, niños y la mayoría adolescentes (531), fueron víctimas de muerte violenta; (47) en etapa de primera infancia y (29) en infanciaEn la misma vigencia ocurrieron 280 casos de suicidio e Iniciando el 2024 (enero), 44 lesiones fatales40 de las cuales fueron víctimas adolescentes.

Datos de la Policía Nacional sobre violencia intrafamiliar dan cuenta de haber atendido 12.532 casos en el 2023, de los cuales 7.663 fueron de niños(as); 4.869 de adolescentes y, en esta vigencia, entre enero y febrero de 2024 se registraron 1.244 casos; 654 correspondieron a violencia contra niñas y niños, y 590 contra adolescentes.

Por su parte, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar reportó: “69.660 niños, niñas y adolescentes, con procesos de Restablecimiento de Derechos (PARD), en su mayoría por omisión o negligencia con 18.523 casos; violencia sexual 18.420; permanencia en calle 4.299, abandono 3.478, violencia física 2.020 y violencia psicológica 1.173. Por otra parte, entre enero y febrero 2024 fueron ingresados 7.433 menores de edad a la entidad”.

Otros datos preocupantes arrojados por los registros de Medicina Legal indican que “cada 17 minutos un menor es abusado en el país; cada día hay en promedio 24 niños víctimas de violencia intrafamiliar y, al mes, desaparecen 137 menores”.

Si hacemos una sumatoria rápida de estos datos, el consolidado arroja que al año son abusados sexualmente en promedio 31.000 niñas(os); 8.760 son víctimas de violencia intrafamiliar, y desaparecen 1.644 en cada vigencia.  Igualmente, si tomamos cifras del Ministerio de Justicia, por lo menos 86 niños(as) son asesinados(as) al año en el país. Por otra parte, según el informe Infancias Robadas de Save the Children, en el mundo, Colombia tiene el poco honroso cuarto lugar en asesinatos de niños(as), y el quinto lugar en desplazamiento de niños(as) por violencia.  Adicionalmente, si hablamos del conflicto armado, el informe número 30 de Coalico 2023 (Coalición contra la vinculación de niñas, niños y jóvenes al conflicto armado) evidencia afectación directa para 46.900 niñas, niños y adolescentes.

Reflexión

Estas estadísticas abominables que solo tienen en cuenta los casos conocidos (seguro las cifras reales son más alarmantes), exigen actuar de manera apremiante con todos los recursos disponibles y otros que nos señalen la creatividad y la tecnología, porque no es posible que gobiernos, autoridades, entidades a cargo del tema, sistema educativo, familias y sociedad civil en general, hagan caso omiso y actúen de manera indiferente y negligente ante la infamia. 

Propuestas

1-Cada niña, niño o joven afectado(a) deben dolernos a todos y hacer especialmente de la educación, de la prevención y el acceso a condiciones de vida digna, las herramientas más poderosas para erradicar esta pandemia de violencia que nos azota y amenaza con dejarnos sin futuro. Convoco a todas las fuerzas vivas del país para que unamos esfuerzos y seamos solidarios en pos de ese propósito.

2-Es urgente implementar actuaciones respetuosas y efectivas por parte de los profesionales asignados a la atención de niños(as) que sufren violencia para evitar una nueva victimización.

3-Poner en marcha de manera efectiva, sin rodeos ni dilación, las políticas, planes programas que diseñan los gobiernos apoyados en asesores y gurús de la ciencia, porque de estudios y estadísticas están llenos los estantes, pero de hechos contundentes que enfrenten de manera decisiva y abierta estos actos lesivos contra nuestra infancia y juventud, ¡poco!

4-Se deben adelantar procesos educativos de prevención dirigidos a padres, madres, niñas, niños, jóvenes, familias, cuidadores, entidades educativas, y a la comunidad en general sobre estos temas, para que haya consciencia sobre la necesidad de proteger a nuestra infancia y juventud construyendo prácticas de cuidado y amor.

5-Educar a niñas, niños y jóvenes para evitar que sean presa fácil de la violencia contra ellos(as), enseñarles sobre rutas de atención y sobre cómo y ante quiénes hacer las denuncias.

6-Garantizar por parte de los gobiernos a esta población el acceso a una vida digna representada en adecuada nutrición, educación de calidad, vivienda decente, derecho a la salud, a la protección y  oportunidades de desarrollo en todo sentido.

6-Las rutas de atención deben funcionar apropiada y oportunamente y exigir a las entidades y funcionarios(as) a cargo su compromiso y puntual cumplimiento.  Muchas quejas se reciben en el país sobre la mala atención, negligencia, pobre formación, favorecimiento al infractor, y procastinación de algunos servidores públicos de entidades que conforman esta ruta. Actualizar a los funcionarios, sensibilizarlos sobre el tema y humanizar el servicio de salud es primordial.

 7-Los procesos judiciales se deben ejecutar con celeridad, poniendo al servicio de los niños(as) todos los recursos que la ley otorga para no exponerlos a la acción fatal de los agresores.

7-Hacer seguimiento institucional constante a las personas que tienen historial de violencia contra niñas, niños y mujeres, tomando las medidas necesarias para evitar reincidencia, que es lo que usualmente ocurre.

8-Hacer campañas de manera contundente y reiterativa de prevención del abuso sexual, violencia intrafamiliar, abandono, desaparición, reclutamiento forzado, entre otras, que son los mayores flagelos que atentan contra nuestra población infantil. 

9-Entender que todos podemos contribuir a cuidar a niñas y niños, sin importar si son nuestros hijos o no.  En tal sentido, denunciar, confrontar a quienes quieran dañarlos, interesarse por niños que estén viviendo una situación sospechosa que denote que algo malo les está ocurriendo; reportar inmediatamente a las autoridades cualquier situación anómala relacionada con violencia contra niños(as); hacer un llamado a padres y madres sobre sus actuaciones inadecuadas o que pongan en riesgo a niños (as), no dejarlos solos en situación de peligro, es apremiante y necesario, salvaría muchas vidas y los(as) protegería de vivir situaciones trágicas.

10-Los llamados “mandados” han cobrado la vida de muchos(as) niños(as) porque los depredadores sexuales están atentos al descuido y la soledad en la que se encuentran, así que, evitar este hábito tan común en el país se convierte en un factor de protección para ellos(as). Al respecto comentaba un tendero: “Es el colmo.  Enviaron a comprar a un niño que no tenía más de 3 años, y yo angustiado por la suerte del niño lo acompañé hasta la casa por temor a que algo le pasara, se lo llevaran a él o le robaran. Conversé con la mamá porque eso no es correcto”. Obviamente, la seguridad de nuestros hijos(as) es ante todo, nuestra responsabilidad.

11-Evitar enviar niños(as) solos a jugar en parques abiertos o de conjuntos cerrados.  En el trascurso de ir al parque, en el parque mismo, o entre el  apartamento y el parque han ocurrido desapariciones.

12-En la confianza está el peligro. Evitemos dejar a nuestros hijos(as) con personas aparentemente confiables. Conozcamos bien a los padres de los amigos de nuestros hijos. Las famosas “piyamadas” pueden resultar en actuaciones de abuso contra ellos(as).

13-Cuando nuestros niños(as) hablen de abuso sexual se les debe creer y proteger de inmediato. (Ver nota en Sxxi.net edición 93).

14-Muchas mujeres son indolentes y hacen caso omiso de los acosos del agresor contra niñas y niños.  “Aguante mija porque él es quien trae la plata”, le decía una madre a su hija cuando ella le confiaba que el papá quería abusarla.  En este caso, las mujeres deben comprender que su deber es proteger a su hija(o), denunciar y alejarse del agresor.

15-A niñas y niños que se encuentran en zonas de conflicto el Estado en alianza con entidades nacionales e internacionales está en la obligación de protegerlos y a sus familias, y ofrecerles mejores opciones de vida.

16- Si usted señor(a) lector(a) siente la necesidad de acosar, agredir, abusar, o asesinar a un niño tiene un problema psicológico que debe atender de manera urgente.  Por favor consulte y reciba ayuda de un profesional de la salud mental acudiendo a Comisarías de Familia, ICBF línea gratuita 24 horas 018000 91 80 80, Centros de atención psicológica de universidades, EPS, Línea Calma gratuita para hombres en Bogotá 018000423614, a la Policía Nacional, así evitará consecuencias graves para el niño(a) y usted.  Del mismo modo, si quien lee esta nota tiene indicios de que un familiar, amigo, conocido u otra persona incurre en estos actos, ayude acudiendo o llamando a las entidades mencionadas de manera confidencial para evitar un daño mayor. Negar esta realidad u ocultarla solo agravará la situación.

Finalmente

El panorama es complejo y todas las medidas de prevención que tomemos realmente son pocas para evitar que nuestros(as) niños(as) sigan siendo víctimas de la violencia creada e instituida por los adultos. En tal sentido, la lucha de quienes los(as) queremos bien debe estar enfocada en favorecer el acceso a vivir una vida libre de violencias, sin miedos, a que cuenten con total protección y cumplimiento de sus derechos, con oportunidades, respeto y amor; solo así construiremos una sociedad que disfrute de la paz que anhelamos, a partir de la suma de voluntades y de aportes desde lo que podamos hacer.

Desde esa mirada de compromiso con nuestra niñez y juventud, Fundación Sxxi y Sxxi.net, medio de comunicación impreso y virtual trabaja decididamente desde el año 2000 en educar a padres y madres en el amor, el respeto, la protección y el ejercicio efectivo de los derechos de niñas, niños y jóvenes de Colombia, mediante el Proyecto Paternar, Mejor Padre, mejor País. Y usted ¿Qué puede hacer?

Informes Proyecto Mejor Padre, Mejor País 3194106483

«La indiferencia ante el acoso también es una forma de complicidad.» Anónimo

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