El amor propio es un pilar emocional que puede ser responsable del triunfo o el fracaso en nuestra vida. Conocer qué es y cómo se construye contribuirá, sin duda, al éxito personal.
¿Cómo definimos el amor propio?
Según Carl Gustav Jung, psiquiatra y psicólogo fundador de la escuela Analítica, el amor propio es una fuerza poderosa que nos conecta con nosotros mismos, con los demás y con el universo; una energía de crecimiento y desarrollo que nos hace ir más allá y percibir la vida con ojos de alegría y esperanza. Instalados en esta definición, y siendo conocedores de la potencia del amor, de lo que somos capaces de dar y hacer cuando amamos a otro(a), preguntémonos ¿nos amamos de la misma manera?
¿Qué nos exige el amor propio?
Según Jung, el amor propio exige ubicarnos en el primer lugar, en un sitio de privilegio, algo que en principio podría sugerir un pensamiento egoísta, pero no es así. La propuesta es rebasar el ideario mediante el cual nos han aleccionado, especialmente a las mujeres, para que nuestras necesidades, sueños, proyectos, queden relegados en el cuarto de atrás y exorcizar las violencias que nos han atado una existencia dominada por los miedos liberándonos de tal tiranía.
Así las cosas, insinuar a lectoras y lectores, “elegirnos a nosotros mismos(as)”, como se dijo, no es una invitación a abandonar el afecto y la solidaridad hacia nuestros congéneres asumiendo una actitud prepotente; se trata de amparar, abrigar, favorecer a los demás sin descuidarnos, sin omisión, dejadez o negligencia con nosotros mismos, protegiéndonos, cuidándonos, también poniendo los límites y altos necesarios a las actuaciones maltratantes que puedan afectarnos.
¿Resulta fácil amarnos?
Construir amor propio no es fácil, porque requiere ir al encuentro con un proceso de conocimiento personal de ese ser íntimo que albergamos y que permanece oculto, pero convenientemente unido a la máscara social que hace su drama en el teatro de la vida, por lo general, adaptándose al escenario solo para ser aceptado y sobrevivir, pero anhelando una vida distinta acorde con sus sueños y deseos. Por tanto, el amor propio es una construcción desde el ser y su historia que implica comprender cómo actuamos, por qué lo hacemos de determinada manera, cómo aceptarnos y hacer gala de estrategias que favorezcan el cambio cuando es posible y necesario.
La génesis del amor propio
La historia del amor propio no empieza cuando somos conscientes de su presencia o ausencia, inicia en la infancia con la manera como fuimos recibidos en el mundo, con el reconocimiento que nos dieron, con el poder de la palabra manifestada a nosotros y cumplida en nuestra existencia, con la valoración o rechazo de nuestra presencia en la vida de nuestros progenitores y adultos significativos, en contextos como la familia, la escuela y demás espacios de trascendencia relacional y afectiva que nos contuvieron.
Esas voces con poder y los actos cotidianos demarcan un derrotero en la cimentación de nuestro amor propio, influyen e inciden en todas las facetas de la vida, dejan huella en cada camino que recorremos, definen cómo nos hablamos a nosotros mismos, si nos amamos o nos despreciamos, en definitiva, son el reflejo de cómo nos sentimos y cómo nos vemos. “Yo siempre fui considerado la oveja negra. Siempre me despreciaron”, decía un consultante.
Cómo construir amor propio
Sin pretender caer en la trampa de las fórmulas, pues cada ser humano es un universo, Sxxi.net Psychology señala algunas pautas y reflexiones que pueden contribuir a la construcción de ese amor que tanto precisamos. Sin duda, y sin importar la edad, es posible penetrar en lo más recóndito del ser y encontrar los caminos que conducen al encuentro del amor a sí mismo. Para hacerlo más viable y terapéutico se recomienda el acompañamiento de un profesional de la salud mental.
Siete claves y reflexiones
Pueden ser más, por lo cual invitamos a quienes leen esta nota a ampliar los ítems que su experiencia y conocimiento consideren.
1.El amor propio no viene de afuera, nadie más que usted lo puede edificar; para conseguir tal propósito, no son suficientes la aceptación de los demás, la cantidad de bienes materiales que se hayan acumulado, las relaciones de pareja y conquistas afectivas, o los éxitos que se alcancen; estos logros pueden hacer sentir comodidad, pero no se debe confundir con amor propio, máxime, si por dentro hay vacío e infelicidad.
2-No se puede dar lo que no se tiene, de ahí que, ponerse en el primer lugar, es un paso adelante en la estructuración del amor propio, tránsito importante que influirá positivamente en las relaciones con los demás, beneficiando la calidad de los vínculos emocionales que se establecen. No es igual amar a quien no se ama a sí mismo, que a quien lo hace. El amor propio es la primera condición para amar sincera y respetuosamente a los demás.
3-Este punto es consecuencia del anterior: cuando se tiene amor propio se puede dar amor de manera auténtica a los demás.
4-Ningún juicio al que se somete un ser humano es tan importante como el juicio propio, así que el dictamen individual instala a cada persona en el lugar exacto en el que se encuentra el amor propio en su vida ¿Pasamos el examen?
5-Es necesario reconocer sinceramente lo que es posible cambiar y concentrar la energía haciendo el mejor esfuerzo para lograrlo. Del mismo modo, es inevitable aceptar lo que no se puede cambiar.
6-El amor propio requiere traer esas voces del pasado para comprenderlas, abrazarlas, perdonarlas y entender la enseñanza que nos dejaron para vivir mejor el presente. (Esta es una tarea que se recomienda hacer con el apoyo de un terapeuta)
7-Construir amor propio también tiene que ver con implementar actuaciones de cuidado, apoyo, comprensión, solidaridad, compasión, ternura, aceptación con nosotros mismos, replicando en nosotros el amor que hemos sentido o sentimos por esa persona especial.
Una reflexión final obligada y coherente con el proyecto que adelanta Fundación Sxxi de trabajar en beneficio de la familia
Siendo el amor propio un motor tan importante en la vida de todas las personas y, la infancia, la etapa temprana en donde tiene su base fundamental, es imperativo que los adultos significativos(madres, padres, maestros(as), cuidadoras) se eduquen en cómo aportar a la construcción del amor propio, para hacer un acompañamiento idóneo a la crianza de niñas y niños, con el propósito de garantizar que su contribución sea idónea y asertiva, facilitando a la población infantil una conexión afectuosa y respetuosa consigo misma, habilitando un transcurrir seguro, confiado, bondadoso, solidario, amoroso, resiliente e interesado en el desarrollo y crecimiento personal, sin descuidar los actos de amor y solidaridad con el prójimo.
Cabe también señalar que el amor propio no es un producto acabado en cierta etapa de la vida, siempre es y será un proceso en constante evolución y que todos tenemos la posibilidad y el derecho de ir por ese amor.
“Lo que se encuentra detrás de nosotros y lo que se encuentra ante nosotros son asuntos pequeños en comparación con lo que se encuentra dentro de nosotros”Ralph Waldo Emerson
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