
Sxxi.net-Psychology
La ausencia, la frialdad y la distancia emocional tienen un impacto negativo en el proceso de desarrollo de niñas y niños, que en adelante, dejarán su huella fatal en la sociedad. Sxxi.net Psychology orienta a la familia para que sea posible construir relaciones saludables que permitan crecer en el amor.
Los síntomas
Sentir soledad, depresión, aislamiento, llorar de manera continua, hacer berrinches, buscar constante atención, expresar temor, ansiedad, son manifestaciones comunes de la distancia emocional, de convivir con madres y padres en el mismo espacio, pero ausentes; relaciones mediadas por la indiferencia, por la falta de comunicación, en la que se prioriza un factor que parece esencial: el cubrimiento de necesidades materiales, que es sin duda importante, pero no suficiente.
Entonces, si atender las necesidades materiales no llena el vacío emocional ¿qué debemos hacer?
Es oportuno reconocer los esfuerzos de padres y madres para que a sus hijos no les falta nada y el amor indiscutible en esas acciones. No es fácil enfrentar largas y desgastantes jornadas laborales y retornar a casa a realizar tareas domésticas, o una labor que quedó pendiente de su ya extensa rutina. No obstante, extender el tiempo laboral o realizar actividades ajenas a la dinámica familiar, les niega la posibilidad de compartir el maravilloso avance del desarrollo infantil y juvenil. Bajo estas circunstancias, niñas y niños que no son “notados” por sus agobiados y estresados progenitores, aprenden a desaparecer, a no “molestar”, a callar, desarrollan el sentimiento de que no importan, que no están en lugar de privilegio en la vida de sus padres o, por el contrario, actúan con violencia o gran rebeldía, buscando la expresión de amor que desean, pero no está disponible.
Consecuencias
Niñas y niños con ausencia emocional parental no aprenden a autorregularse, denotan inestabilidad emocional, tiene problemas de atención, de memoria, de aprendizaje, dificultades en sus relaciones interpersonales; se sienten viviendo en un mundo que no es seguro para ellos(as). Aún en esta edad y/o en la adolescencia, el vacío se puede transmutar en depresión, ansiedad, dependencia y desconexión emocional, en una gran necesidad de validación, desconfianza en sí mismos(as), temor a enfrentar el mundo, inseguridad, condiciones que a la vez pueden trascender a la vida adulta en la que difícilmente podrán establecer relaciones sanas con los demás.
¿Qué deben comprender quienes tienen hijos(as)?
Según el psiquiatra A. Raskosvky, “Todo dependerá de nuestro amor o nuestro odio, de nuestra grandeza y nuestra miseria, del trato que le podamos aportar desde el mismo momento de la gestación. Por eso se ha dicho que el destino o la muerte son los padres”, afirmación que permite evidenciar la dimensión profunda de la calidad de la influencia materna y paterna en la vida de un(a) hijo(a).
Así las cosas, madres y padres han de comprender que la crianza exige tomar conciencia de la monumental responsabilidad que se adquiere al tener hijos(as). No solo se trata de engendrarlos en un momento de placer y luego abandonarlos; tener hijos(as) demanda grandes dosis de compromiso y amor; requiere de educación para saber qué hacer en cada etapa del desarrollo con criterio; reclama acompañamiento en cada proceso; comprensión infinita, y superar nuestras sombras, como diría Carl Jung, igualmente nuestras frustraciones y los errores que se hubiesen cometido con nosotros, para que el sentimiento hacia ellos(as) emerja limpio, consciente y en plenitud, trascendiendo el concepto de proveer lo material, y dando relevancia al componente emocional. Amar a hijas e hijos es mucho más que aportar comodidades, lujos, ropa de marca, juguetes caros; amar es presencia real, es compartir con ellos de manera genuina, es empatía, es escucharlos con atención, protegerlos, cumplirles sus derechos, jugar con ellos, entrar en sus sueños, en sus miedos, en sus deseos, en sus proyectos, en sus expectativas; es guiarlos, es hacerlos(as) sentir valiosos(as).
¿Cómo actuar?
1-Para cumplir tal propósito es esencial hacer un alto en el camino y llevar a cabo una evaluación consciente de nuestro quehacer como padres, con el fin de identificar qué estamos haciendo bien y qué debemos cambiar, porque afortunadamente, el ser humano tiene la capacidad de transformar, de volver a intentar para hacer mejor las cosas, también de resarcir y pedir perdón, si es necesario. Este cambio de paradigma afectivo aportará frutos maravillosos porque niñas y niños tratados desde el amor tendrán un proceso de desarrollo adecuado y un futuro prometedor, lo que deriva en bienestar personal, familiar y social.

2-Si nuestro proceder ha sido de madres y padres ausentes nos corresponde trabajar arduamente para establecer una buena conexión emocional. Se trata de dar tiempo cotidiano significativo con calidad y calidez, decir palabras bonitas, dar el abrazo sentido, hacer la pregunta afectuosa e interesada, expresar el te quiero constante, porque es demasiado importante declarar de mil formas el amor; incluir prácticas sencillas que pueden costarnos como dejar de lado el móvil, aplazar la tarea que llevamos a casa y que no deberíamos llevar, dejar la televisión, la serie, o cualquier actividad que distraiga la relación con los hijos(as), para ponerlos(as) en primer lugar.
3-Otro punto importante es escuchar con atención a nuestros(as) hijos(as) porque cuando los niños(as) nos cuentan algo expresan su mundo interior, exponen sus vivencias y, al escucharlos(as) con interés genuino les hacemos sentir que importan, y cuando un ser humano siente que importa, se percibe amado. De ahí que, mirar a nuestros hijos con ojos de interés, concentrarnos en su relato, deshacernos de distractores para oír bien, significará en presente y a futuro ganancias emocionales muy significativas para su vida, como sentirse valorado(a), seguro(a) de sí mismo, en confianza para contar lo que le sucede. Adicionalmente, se convierte en un factor protector porque madres y padres podrán actuar a tiempo si algo malo o inadecuado les está ocurriendo. Escuchar atentamente a hijas e hijos genera con el tiempo, un vínculo afectivo difícil de romper.
4-Los seres humanos trascurrimos por distintas emociones y expresarlas nos hace bien, por lo cual, facilitar la expresión es fundamental. Así las cosas, no se trata de negar los sentimientos de nuestros hijos(as) diciéndoles “no llores”, tampoco minimizarlos asegurando que no pasa nada, menos justificar todo lo que hacen u ocultar sus emociones, al contrario, conviene contribuir a exteriorizarlas dejándolas fluir libremente en un acto de comprensión. En esencia, como adultos, nos corresponde entender la manifestación de sus estados emocionales, su alegría, tristeza, enfado, de manera empática, validarlos, ayudando a reflexionar y gestionar de la mejor manera la experiencia vivida. Orientar adecuadamente las emociones nos hará merecedores de confianza y respeto, por el contrario, ignorarlas generará en la vida de nuestros(as) hijos(as) gran desconfianza e inestabilidad emocional.
5-Amar incondicionalmente, es otra actuación necesaria, porque el amor debe darse sin condiciones, no dependiendo de nuestro estado emocional, o de los aciertos, errores, triunfos, o “fracasos”, que solo se deben ver como aprendizajes. Nuestro deber es hacerles sentir que estamos ahí con ellos en todo momento de manera categórica, leal, con un amor disponible y sabio, independientemente de la emoción que nos acompañe, si estamos o están tristes, felices o enojados. El amor no se condiciona al buen comportamiento del hijo(a), sino a la existencia misma con todos sus matices y esa es la base fundamental de la seguridad personal y de una alta autoestima.
Finalmente, a la luz del contenido de esta nota evalúe si está usted presente en la vida de sus hijos(as) y actúe en consecuencia.
“No hay tal cosa como un padre perfecto, así que solo sé uno real”. Sue Atkins.
Gracias por compartir. Muchas personas que lo necesitan pueden ser beneficiadas con este contenido.
Sxxi.net trabaja desde hace 25 años por la familia, el ambiente y la salud para construir calidad de vida. Gracias por su donación. Nequi o Daviplata 300 6029844.
Si requiere orientación y acompañamiento para estar tener una buena relación con sus hijos(as) nuestro equipo de psicólogos está listo para atenderle. Comuníquese 3194106483.
Le puede interesar
Patrocina

Dejar una contestacion