Los baños de naturaleza: una terapia ancestral que ayuda a conservar la salud

Líderes ecológicos del Ecobarrio La Esmeralda disfrutando de una conversación en los espacios verdes de su territorio.

En un mundo cada vez más urbanizado y digitalizado, donde el estrés crónico afecta a millones de personas, una práctica milenaria originaria de Japón está ganando relevancia científica: los baños de naturaleza, también conocidos como shinrin-yoku o «baño de bosque». Esta terapia implica una inmersión sensorial en entornos naturales como bosques, parques o jardines, con el objetivo de absorber los beneficios terapéuticos del medio ambiente. Según expertos, esta actividad puede ser una alternativa efectiva para promover la salud física y mental.

¿En qué consisten?

Se trata de realizar caminatas conscientes y pausadas en áreas verdes, poniendo el foco en observar los colores y texturas de las hojas y cortezas de los tallos, escuchando los sonidos naturales del viento entre los árboles, los cantos de las aves, el olor de la tierra húmeda, el sol acariciando la piel. No tiene que ver con hacer ejercicio intenso, sino con establecer una conexión sensible con la naturaleza.

¿Qué muestran las investigaciones en relación con la salud mental?

Que esta práctica reduce significativamente los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que contribuye a una mayor tranquilidad y serenidad; además, puede aliviar síntomas de ansiedad, depresión, ira, fatiga y confusión, mientras aumenta el vigor y el bienestar emocional.

¡Cómo influyen en la salud física?

Los beneficios en la salud física son igualmente importantes. Los baños de naturaleza pueden bajar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, mejoran la salud cardiovascular, reducen la inflamación corporal, fortalecen el sistema inmunológico: gracias a la exposición a fitoncidas, compuestos volátiles emitidos por los árboles que aumentan la actividad de las células asesinas naturales encargadas de combatir infecciones, cáncer y otras enfermedades.  Igualmente se ha observado una mejora en la oxigenación cerebral que favorece la concentración y la atención.

Por ejemplo, un estudio publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría sugiere que interactuar con la naturaleza podría servir como complemento a tratamientos para la depresión mayor. En Japón, donde surgió esta práctica en los años 80, se ha integrado a programas de salud pública, y organizaciones de salud reconocen el valor de los espacios verdes para promover el bienestar general.

Recomendación

Para maximizar los beneficios de los baños de naturaleza Sxxi.net aconseja tomar sesiones de al menos 20-30 minutos, especialmente en áreas con alta densidad de vegetación, lejos de ruidos urbanos. Expertos advierten que, aunque accesible, esta terapia no sustituye tratamientos médicos profesionales, especialmente para condiciones graves. En tiempos de cambio climático, promover los baños de naturaleza no solo beneficia la salud sino que fomenta el cuidado y la protección del ambiente.

En resumen

Los baños de naturaleza se constituyen en una práctica poderosa para contrarrestar el agotamiento que produce el estilo de vida moderno. Incorporarlos a la rutina semanal puede ser la receta para una vida más equilibrada y saludable.

Diálogo con los fundadores del Jardín Utópico del Ecobarrio La Esmeralda

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