El mundo, la vida, los seres humanos y sus procesos no son estáticos, el fútbol tampoco lo es, su evolución, apoyada en la ciencia y la tecnología, es evidente.
Sabemos que en el fútbol gana el que más goles hace, y quizá por esta razón, en sus inicios, el esquema futbolístico estaba centrado en tener un excelente ataque. De hecho, no hace muchos años, los equipos jugaban con 4 o 5 delanteros, en un planteamiento claramente ofensivo, por lo cual, era difícil encontrar un partido sin goles. De alguna manera, este fue un atractivo importante para empezar a captar seguidores.
Con el pasar de los años, los aficionados se deleitaban con las impresionantes opciones de ataque que los clubes o seleccionados ofrecían. Era un verdadero espectáculo ver a Pele, Garrincha, Di Stefano, Stábile, Puskas y demás jugadores, que partido tras partido, ofrecían un futbol efectivo, centrado en un alto porcentaje, en el desempeño de atacantes que pudieran resolver el encuentro con genialidades, que hacían ver este deporte bastante sencillo.
Acto seguido, el fútbol fue tomando un rumbo inesperado: se empezó a innovar tanto técnica como tácticamente; los entrenadores se capacitaban cada vez más; los jugadores se entrenaban mejor; los defensas eran mas aguerridos, menos inocentes, mejor preparados, más rápidos y fuertes; los volantes leían más el juego, comenzaban a ampliar su visión periférica, su capacidad física se incrementaba, pues tenían que ser de ida y vuelta, y por ende, a los delanteros ya no les quedaba tan fácil marcar la diferencia, pues ya no dependían tanto de sí mismos, para resolver un partido, sino de un equipo. De este modo, el fútbol fue dando paso, metafóricamente hablando, a la evolución darwiniana: si no te adaptas, pierdes.
Se empieza a evidenciar marcadas tendencias futbolísticas: los italianos, muy conocidos por su estricta táctica y juego defensivo; los alemanes, con su tradicional juego físico, recurriendo a la fuerza y la potencia para sobrepasar al rival; los suramericanos, encabezados por Brasil, con un juego mucho más natural -“de potrero”- con el balón al piso y genialidades por doquier. Así se fueron creando las tendencias que se irían desarrollando con el paso del tiempo.
Superando las formaciones ofensivas, los equipos empezaron a jugar con 2 delanteros, pues al tener más nutrida la parte defensiva y el mediocampo, era menos probable que les pudieran encajar un gol; la táctica dejó de ser dársela al delantero y se comenzó a hablar de transiciones de juego, de apertura del campo, de creación de espacios y de un incremento en la participación de cada uno de los integrantes del equipo, pues este modelo los considera a todos fundamentales.
En los últimos años, un gran equipo, como el Barcelona, dirigido por Josep Guardiola, dejó de lado el juego vertical que se había impuesto por casi un siglo, para dar vida a algo que el gran Johan Cruyff quiso implementar, pero que sólo hasta la era Guardiola pudo hacerse realidad: el fútbol de posesión.
Una idea muy simple, pero bastante compleja de realizar, en la cual, el centro de todo y lo más importante era la posesión del balón; teniendo en cuenta el componente clave, la movilidad de los jugadores, pero lo que se debería realmente llamar la solidaridad del equipo, ya que siempre se debe tener mínimo 2 opciones de pase, para que de esta manera los espacios vayan apareciendo, y así sin desesperación, tarde o temprano llegar al gol. Con esta magnífica fórmula, el llamado “mejor equipo de la historia”, consiguió 14 títulos en 4 años.
Y esto no es lo único que se pudo lograr con este estilo: no podemos olvidar la hazaña realizada por la selección española al ganar la Eurocopa 2008; el Mundial de Sudáfrica 2010, y nuevamente, la Eurocopa 2012, logrando una hegemonía futbolística a nivel mundial de 4 años, con la misma idea y con un buen número de jugadores del Barcelona.
En el ultimo año, el fútbol ha estado lleno de matices. Para empezar, el Real Madrid, alejado de la idea de posesión y con un juego muy vertical, con fundamento en transiciones de defensa a ataque muy rápidas, y comandados por Cristiano Ronaldo, Gareth Bale, y Ángel di María, logró acabar con el reinado del Bayern Munich, que de la mano del ya mencionado Guardiola, quiso replicar lo alcanzado por el Barcelona años atrás. Por otra parte, el seleccionado Alemán logró consagrarse campeón del mundo con un fútbol de posesión, movilidad, solidaridad y fortaleza mental.
La mente humana, la ciencia y la tecnología avanzan, y sólo nos queda pensar, que nos deparará el futuro de esta maravillosa y gran pasión que es el fútbol.
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