Bogotá, Sxxi.net-Ambiente. 27-07-2021- A pesar de esta merecida distinción, los manglares son los ecosistemas más golpeados por la irracionalidad humana, pues su desaparición está ocurriendo entre 3 a 5 veces más rápido que los demás bosques de la Tierra, deteriorando de manera alarmante el ambiente, la calidad de vida y los sistemas socioeconómicos.
¿Qué son los manglares?
Son conjuntos de árboles con ramas y raíces retorcidas enclavados en hilera en zonas costeras al borde de playas, ríos y lagunas de áreas tropicales y subtropicales, en las cuales, el ser humano ha desarrollado un cúmulo de relaciones de subsistencia.
El caso de Colombia
Nuestro país es privilegiado porque al tener dos costas, posee diversidad de bosques de manglar, tanto en áreas de intensas lluvias en la región Pacífica, y en regiones áridas como el desierto de La Guajira.
En el continente americano, Colombia ocupa el cuarto lugar en tenencia de manglares, con aproximadamente 290.000 hectáreas, especialmente ubicadas en el Pacífico (80%), y en los departamentos de Atlántico, Córdoba, Antioquia (Urabá), Chocó, Valle del Cauca, Cauca, Nariño San Andrés y Providencia, Bolívar, Sucre, La Guajira, Magdalena; además cuenta con gran diversidad de especies de manglar.
Razones para cuidar los manglares
Contribuyen a disminuir el cambio climático porque los bosques de manglar tienen mayor capacidad que los terrestres para capturar dióxido de carbono. Los datos señalan que en el mundo, los manglares sanos acumulan hasta 34 millones de toneladas de carbono. Cuando están destruidos, el dióxido de carbono es liberado y precipita el cambio climático.
Son el hábitat de gran biodiversidad de peces, crustáceos, aves, como también refugio de anfibios y reptiles.
Aportan a la formación del suelo, almacenan materia orgánica y sedimentos que contribuyen a la consolidación de nuevas tierras; también depuran los sistemas.
Son indispensables para proteger el territorio de erosión, inundaciones, marejadas, tsunamis, elevación del nivel del mar a las zonas costeras. Los manglares forman parte importante de las estrategias de prevención y disminución de desastres. Estudios demuestran que “una línea de manglar de 500 metros puede reducir entre 50 a 90% la altura de las olas”.
Se consideran parte de los ecosistemas de carbono azul , esenciales para enfrentar el cambio climático.
Benefician el ecoturismo en Colombia, como es el caso de la Ensenada de Utría, en la costa Pacífica, territorio de belleza incomparable, que comprende bosque húmedo tropical, manglares, estuarios, arrecifes coralinos y, por lo menos, 10 000 hectáreas de océano.
Favorecen la subsistencia de las comunidades cercanas que practican la pesca artesanal o la recolección de piangua, un molusco que se extrae de las raíces del manglar, de lo cual derivan ingresos económicos especialmente las piangüeras, mujeres que sacan este molusco y lo comercializan para consumo.
Los manglares son inundados por agua marina dos veces al día en el Pacífico colombiano y su vegetación soporta algunas veces aguas 100 veces más saladas que la mayoría de plantas de agua dulce.
De ellos depende la vida de muchas especies y el funcionamiento de otros ecosistemas, por la existencia de hongos y plantas acuáticas que sirven de alimento para muchos micro-organismos y son sustento de la cadena alimenticia. En su territorio se resguardan peces jóvenes, moluscos, cangrejos y camarones, además de otras especies que dependen del manglar, como caimanes, monos y manatíes, por tanto, su destrucción incide de manera dramática en la disminución de la pesca y la proteína marina disponible para los seres humanos.
Medidas para recuperar los manglares. Los especialistas aconsejan
- Restaurar y reforestar.
- Adelantar iniciativas de buenas prácticas pesqueras para cuidar el manglar con las comunidades que habitan en su área de influencia.
- Desarrollar investigación para trabajar por su conservación.
- Usar medios alternativos de transporte con el fin de disminuir las emisiones de gases efecto invernadero.
- Evitar comprar oro, en razón a que para extraerlo se desperdicia mucha agua, y se contamina con químicos los ríos que desembocan en el manglar.
- Reducir el consumo de carne de res, disminuyendo así la tala de bosques con fines de ganadería extensiva.
- Realización de acciones ciudadanas frente a proyectos urbanísticos o portuarios que pueden destruir los manglares.
- Consumir productos que sean resultado de buenas prácticas de pesca en los manglares.
Teniendo en cuenta la magnitud de beneficios que recibimos de los manglares y el aniquilamiento al que están siendo sometidos, es hora de juntar voluntades y generar conciencia sobre la necesidad de proteger, conservar y cuidar estos ecosistemas maravillosos que la naturaleza nos ha regalado. En nuestras manos está la vida de los manglares de Colombia y la nuestra.
“Cada vez que perdemos una especie rompemos una cadena de la vida que ha evolucionado durante 3.500 millones de años”. Jeffrey McNeely
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