Grito de los Campesinos del Norte del Tolima en el Paro Cafetero de Julio de 1995

Panorámica de Libano Tolima. Foto: Sxxi.net.


Sxxi.net EcoSociedad reproduce este escrito de Germán Bedoya campesino colombiano
“Nos debemos seguir uniendo para continuar exigiendo los derechos que tenemos como mujeres campesinas, como madres de familia que somos” dijo Aliria, una mujer de unos 30 años, de estatura bajita, cabello corto, piel tostada por el sol; “si, no olvidemos que en el primer paro en el Líbano nos unimos para exigirle al gobierno que nos den subsidios para el control de ese bicho dañino de la broca” dijo Yesmin, promotora de salud quien todos los días visita familias en distintas veredas del Líbano cuidando de la salud de niñas, niños, mujeres y hombres campesinos.

“Yo insisto en que debemos pelear para que la Caja Agraria, el Banco Cafetero y cooperativas no nos quiten las fincas y haya una ley de condonación de las deudas para los pequeños cafeteros que no tenemos ya nada, porque las malas políticas de la Federación Nacional de Cafeteros nos han llevado a la ruina” exclamó Ernesto con voz firme desde un rincón del salón repleto de asistentes a la escuelita de la vereda La Alcancía del municipio del Líbano; “Porque quieren rematarnos las fincas, quitarnos la tierrita y entonces ¿qué nos ponemos a hacer?” dijo con gesto de preocupación; él, un campesino estudioso y analista de la situación nacional. “Pero además necesitamos proyectos productivos para diversificar cultivos y así poder garantizar la papita, la yuquita, el maicito, la panelita, las verduritas y la salesita para nuestra casa y las de todos en el campo y la ciudad” dijo con voz firme Hermes un campesino de ojos claros, lleno de entusiasmo por defender sus derechos.

Rumores, palabras se repiten u escuchan: “el café es solo pasilla, mi finca esta enrastrojada porque no tengo como desyerbarla, mi hija no pudo seguir estudiando porque no tengo plata para sus estudios, ya no puedo comprar la liga para la semana, no he podido pagarle a don Alfonso el mercado de tienda, no pude darle chambita a los trabajadores que cada año vienen a cosechar el cafecito, porque no hay café, estamos jodidos, tenemos que ver que hacer para recuperarnos…” la algarabía se convierte en entusiasmo contagiando a los citados a buscar alternativas a la crisis cafetera.

“Compañeritas, compañeritos pongámonos de acuerdo” dijo Camilo; un sabio anciano formado en las luchas por la tierra; “el próximo 20 de julio se harán en el país marchas cafeteras en distintas ciudades, nosotros debemos juntarnos y salir, tomarnos el puente de Honda para que nos cumplan todo eso que ustedes dicen y está firmado desde el pasado paro cafetero que hicimos en el Líbano”, “¿Qué opinan?” Un solo “Si vamos” se escuchó dentro y fuera del salón mientras entraba por las ventanas el humo y olor a sancocho hirviendo.

El sol radiante del amanecer da tonos dorados a las espigas de los cultivos de arroz que rodean el caserío de Lérida Tolima, anunciando también que será un día caliente como siempre; German, Alberto Carabali y Boris llegan a las ocho de la mañana a la oficina del alcalde, la misión es solicitar permiso para recibir en el parque a todos los campesinos que bajarán desde la montaña para luego irse a Honda Tolima; no tienen experiencia en gestionar y esto hace que el nerviosismo aumente ante la reacción o posible negativa como respuesta a la carta previamente escrita; se sienten solos en una ciudad donde no tienen amigos; un respirar profundo, un apretón de manos antes de entrar al despacho municipal produjo seguridad, un ventilador encendido que esparse el calor a los ya sentados, alcalde, secretarios de la Umata y de gobierno, tres policías; el saludo fue cordial, la carta firmada por la directiva de la recién conformada Asociación de Pequeños y Medianos Agricultores del Norte del Tolima ASOPEMA es recibida leída con detenimiento; sellando la reunión con el compromiso que no se afectará el orden publico y la estancia sería pacífica; ya la tarea está realizada, solo queda esperar a que comiencen a bajar desde la montaña las y los campesinos. La alegría de haber obtenido el permiso se convierte en preocupación justo al salir al parque principal ya que dos hombres armados vestidos de civil comienzan con muy poco disimulo a seguirlos, por instinto entran a la iglesia de la Candelaria se dirigen hacia la imagen de la virgen morena cuyas trenzas son del cabello natural de Alba Gómez el cual donó ante la insistencia de su mamá Rosalbina; el instinto los lleva al lugar más transitado la vía principal el paradero de buses y taxis donde se suben y bajan pasajeros constantemente. El tiempo transcurre lento, mientras el calor aumenta tanto que al mediodía ni las moscas vuelan; el sudor moja todas las ropas, se escucha a los vendedores ambulantes ofrecer a todo grito; “Avena helada, mango viche, bizcochuelos frescos, limonada fría, cerveza y gaseosa a la orden.”


La tarde se hace eterna, no hay limonada o agua que calme la sed, no hay ninguna señal de movimiento, no hay ninguna razón del que está sucediendo; en la empresa de transportes ya se habla con preocupación porque desde Mariquita hasta Honda la carretera esta militarizada por completo, las especulaciones comienzan a darse sobre los motivos: “es que la guerrilla va a tumbar el puente sobre el río Magdalena, es que los campesinos van a bajar a acabar con todo, es que en otras ciudades se esta calentando la cosa, es que ….” Los tres solo se miran, sonríen y siguen esperando; a las 6.30 de la tarde cuando el sol va escondiéndose en el horizonte llega un joven en una moto, saluda con afecto y entrega envuelto en un trapito rojo “que era señal” que el mensaje si es real, una nota: Compañero German la situación no está fácil y debemos tomar decisiones, por lo pronto todos los carros que bajen con la gente deben esperar allí hasta que lleguemos todos. Un abrazo fraterno atte. Camilo Rodríguez.

A eso de las 8.30 de la noche mientras observan la luz de las estrellas, se transpira con el aire fresco que baja de las montañas los sonidos de bocinas y pitos rompen el silencio y la espera; son los Jeeps, los camperos, los carpatis, las chivas, los camiones, las camionetas de servicio público y particulares que comienzan a llegar en caravana desde las montañas de Casabianca, Villahermosa, Líbano, Murillo, Delicias, Tierradentro, Santa Teresa, Falan, Palocabildo, Fresno, Venadillo, Santa Isabel, Anzoátegui; vienen llenos de gentes que en sus gestos traen alegría, esperanza, decisión; también repletos con ollas, bultos de plátanos, yuca, panela, quesos, dulces de leche, gallinas, esteras, galones de agua algún perrito y gatico; los chupaos o fiambres que comienzan a destapar para cenar, esparciendo e impregnando con los olores a comida envuelta en hojas de plátano y bijao abriendo el apetito; como todo campesino el compartir se dio en todos los grupos que instintivamente se fueron juntando.
Después de estar comer y compartir algunos expresaron: “barriga llena, corazón contento” y la pregunta: “¿Y ahora Qué hacemos?” Con la respuesta desde un megáfono para que se fuera difundiendo; “Esperar un poco.”


Un suceso rompe la alegría, con la llegada de 4 carros nuevos también repletos de campesinos a los cuales los choferes los hacen bajar con todo y sus pertenecías a pesar de decirles que no es aún el destino final, respondiendo al unísono: “no es problema de nosotros, no nos están pagando todo vale plata” se regresan rápidamente, dejando en el ambiente una sensación extraña de abandono y de falta de conciencia campesina; ante la situación la respuesta fue que muchos llegaron compartieron bebidas, abrazos y palabras de aliento invitándoles a que se acomodaran en los otros carros así quedaran más apretaditos. La algarabía sigue, el numero de campesinos aumenta, los carros ya hacen un trancón en la vía. Una hora más tarde los 4 carros vacíos regresan, los conductores piden disculpas y vuelven a acomodar a los campesinos; tiempo después se conoce que subiendo por la carretera al llegar a Delicias la gente organizada los paró y preguntó; “¿Por qué tan rápido el regreso?” les pidieron el favor de bajar y continuar hasta el destino final de la movilización.

Son ya las 12.00 de la noche que da final al día 19 y el inicio al histórico 20 de Julio, un grito de libertad de “Somos campesinos cafeteros del Norte del Tolima” se siente en el Parque Manuel Murillo Toro y sus edificios, estamos en el corazón de la Capital del Departamento del Tolima, Ibagué. Los rayos del sol se asoman entre los edificios, en improvisadas cocinas hechas con ladrillos el olor a café caliente impregna el ambiente, los palcos blancos adornados con banderas de Colombia que están preparados para recibir a las autoridades militares, civiles eclesiásticas e invitados especiales tienen nuevos integrantes, cientos de niñas, niños, mujeres y hombres campesinos los recorren, se sientan en ellos se preguntan; “¿para qué es todo esto?” La respuesta llega a las 6 de la mañana cuando llegan varios mandos militares acompañados con soldados, policías y funcionarios de la gobernación y la alcaldía, buscan a los lideres del paro cafetero que con su llegada a este importante lugar los tomó a todos por sorpresa, ellos esperaban que era solo Honda el destino final, la malicia campesina burló la inteligencia militar… ahora lo importante para los recién llegados olorosos a perfumes caros era realizar el desfile de conmemoración de la independencia de Colombia, se escucharon llegando primer acuerdo: Despejamos los palcos ustedes hacen su desfile y no nos desalojan. El pomposo desfile con el sonido de los instrumentos de las bandas marciales, el retumbar de las botas militares en el pavimento estuvieron acompañados de las arengas campesinas: “Vivan los Campesinos Colombianos” “vivan los Cafeteros Colombianos” “Viva la Paz en nuestros Campos” “El pueblo unido jamás será vencido.”


Con estos acontecimientos inician 63 días en Villacambuche como se le llamó al Parque, se dan los primeros pasos para la creación del Coordinador Nacional Agrario de Colombia CNA, inicia una tremenda historia que marcó la vida campesina el norte del Tolima y en otras regiones del país…

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