Sxxi.net-IAH. Armero, enclavado en el fértil valle del río Lagunilla en el norte del Tolima, no surgió de la nada en el siglo XIX. Su historia poblacional es un tapiz tejido con hilos de resiliencia indígena, colonización española, auge agrícola y una erupción volcánica que borró un pueblo entero del mapa. Antes de su fundación formal, el valle ya albergaba comunidades humanas atraídas por suelos volcánicos ricos y el cauce del río Lagunilla, que nace en el Nevado del Ruiz —un gigante dormido cuya ira repetida marcaría el destino de sus habitantes—. A lo largo de los siglos, la población creció de dispersos grupos nativos a una próspera urbe de miles, solo para ser aniquilada en 1985.
Época Precolombina: Los Primeros Habitantes en el Valle del Lagunilla (Antes del Siglo XVI)
El valle del río Lagunilla, que serpentea 100 km desde el Nevado del Ruiz hasta el Magdalena, fue un mosaico de vida indígena mucho antes de la llegada de los europeos. Aunque no hay evidencias directas de grandes asentamientos en el sitio exacto de Armero, la región del alto Tolima y el valle medio del Magdalena estaba poblada por grupos panche (o pijaos en su rama sureña), etnia chibcha conocida por su agricultura itinerante, cerámica y resistencia a la conquista. Estos indígenas, estimados en miles en el valle (con poblaciones dispersas de 100-500 por aldea), cultivaban maíz, yuca y algodón en terrazas fluviales, pescaban en el Lagunilla y cazaban en sus orillas boscosas. Evidencias arqueológicas de cerámicas y montículos funerarios en sitios cercanos como Guayabal y Honda sugieren ocupación desde el 500-1000 d.C., con influencias de culturas como los guabas y buga en valles adyacentes.
La subducción tectónica que fertilizaba los suelos también generaba riesgos: erupciones ancestrales del Ruiz (hace +o-1.8 millones de años) depositaban cenizas que enriquecían la tierra, atrayendo a estos grupos nómadas. Sin embargo, la ausencia de registros escritos limita las cifras; se estima que el valle albergaba unos 5.000-10.000 indígenas en el siglo XV, en aldeas como Tasajeras (antecesora de Armero), un asentamiento indígena destruido por lahar* en 1595. La llegada de los españoles en 1536, liderados por Jiménez de Quesada, diezmó estas poblaciones reduciéndolas en un 90% para 1600.
Época Colonial y Siglo XIX: De la Reconquista a la Fundación (Siglos XVI-XIX)
Tras la conquista, el valle se repobló con mestizos, mulatos y colonos españoles atraídos por las encomiendas de tierras fértiles. En 1595, la primera erupción documentada del Ruiz (tres explosiones plinianas**) generó un lahar por el Lagunilla que arrasó Tasajeras, matando 636 indígenas y colonos incipientes —el primer aviso de la ira volcánica—. La memoria oral indígena, narrada por cronistas como Fray Pedro Simón, describe «truenos sordos» y ríos de lodo que sepultaron aldeas.
En 1845, una segunda erupción (19 de febrero) provocó otro lahar masivo: el río Lagunilla se desbordó 70 km, bifurcándose al Magdalena y matando unas 1.000 personas, mayoritariamente campesinos cultivadores de tabaco y algodón. Este desastre, documentado por Joaquín Acosta en su informe de 1846, dispersó a los 2.000 – 3.000 habitantes en el valle, pero también fertilizó suelos, impulsando la migración. Justo ese año, el 19 de febrero de 1845, se fundó formalmente el municipio como San Lorenzo, por colonos que buscaban estabilidad en el valle. Inicialmente una aldea de 500 habitantes (mestizos y blancos), creció lentamente gracias a la agricultura: algodón y sorgo como cultivos estrella.
Para 1895, una refundación amplió San Lorenzo a 1.000 habitantes, atrayendo jornaleros por la «tierra blanca» —apodo por los campos de algodón—. En 1908, el presidente Rafael Reyes lo erigió en distrito municipal (29 de septiembre), con 2.000 residentes. El cambio de nombre a Armero en 1930 (por José León Armero, mártir independentista) marcó su identidad, con una población que alcanzó 5.000 habitantes para 1940, impulsada por ferrocarriles y mercados en Ibagué y el Norte del Tolima.
Siglo XX: El Auge de la Ciudad Blanca (1900-1985)
Armero floreció como «Ciudad Blanca» por sus algodónales. Para 1950, con 10.000 habitantes, era el tercer municipio de Tolima (tras Ibagué y El Espinal), produciendo 20% del arroz nacional, además de café y sorgo. La posguerra atrajo migrantes rurales: de 2.000 en 1964 a 25.000 en 1980, con familias numerosas en barrios como «Inglés». Infraestructura moderna —hospital San Lorenzo, escuelas y una economía pujante. Sin embargo, la memoria volcánica se diluyó y pocos recordaban las tragedias de 1595 y 1845.
En septiembre de 1985, sismos y cenizas alertaron: Ingeominas emitió mapas de riesgo (octubre), pero el alcalde Ramón Rodríguez y autoridades departamentales y nacionales fallaron al no ordenar la evacuación, pese que aproximadamente 31.000 personas estaban en riesgo. El 13 de noviembre, la erupción del Volcán del Ruíz derritió glaciares, liberando lahares a 60-80 km/h por el río Lagunilla: 60 millones de toneladas de lodo sepultaron el 96% de Armero, matando entre 23.000 a 25.000 (94% de la población).
Después de 1985: El Renacer en Guayabal y la Memoria Colectiva (1986-Hoy)
La tragedia unió Armero con Guayabal en 1991, formando Armero-Guayabal que ha crecido de 5.000 a 14.000 habitantes en 2025.
Dispersión masiva: Sobrevivientes se dispersaron por diferentes partes de Colombia y aproximadamente 500 niños fueron adoptados globalmente; La Fundación Armando Armero creada en el 2000 reconstruye su memoria y hoy existe el Centro de Interpretación y Memoria de la Tragedia de Armero (CIMTA, 2010) siendo el primer museo de catástrofe natural mundial, y Ruta Turístico-Cultural (Honda-Mariquita-Ambalema).
*Un lahar es una mezcla, puede ser fría o caliente y se crea cuando material volcánico suelto se mezcla con agua, ya sea de lluvia, deshielo o arroyos. Los lahares pueden ser extremadamente destructivos (Caso Armero), arrasando todo a su paso e incluso ocurriendo en volcanes inactivos si llueve intensamente o se desbordan lagos.
** Una erupción pliniana es un tipo de erupción volcánica explosiva y violenta caracterizada por la formación de una columna de ceniza y gas que puede alcanzar alturas de hasta 55 km. Recibe su nombre de la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., que fue descrita por Plinio el Joven y que destruyó Pompeya y Herculano
| Época | Población Estimada | Eventos Clave | Impacto Demográfico |
|---|---|---|---|
| Precolombina (pre-1500) | 5.000-10.000 (regional) | Asentamientos panche; agricultura en valle Lagunilla. | Dispersos en aldeas; ~90% pérdida post-conquista. |
| Colonial (1500-1845) | ~2.000-3.000 (valle) | Lahar 1595 (Tasajeras); erupción 1845 (~1.000 muertes). | Reducción por desastres y enfermedades; fundación San Lorenzo (1845, ~500). |
| Siglo XIX-XX Temprano (1845-1950) | ~500 (1845) → ~10.000 (1950) | Refundación 1895; distrito 1908; auge algodón. | Migración rural; «Ciudad Blanca» emerge. |
| 1950-1985 | ~12.000 (1964) → ~25.000 (1980) | Boom arroz/café; modernización. | Crecimiento 150%; ~31.000 en riesgo (1985). |
| Post-1985 (1991-2025) | ~14.000 (Armero-Guayabal) | Unión municipios; memoriales. | Supervivientes ~3.500; dispersión y turismo memoria. |
Esta historia de Armero es un recordatorio de fragilidad humana ante la naturaleza: de pueblo resiliente a una urbe borrada. Renace en la memoria.
Vea aquí la Conmemoración de los 40 años
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