Presidente Petro destacó avance histórico en la recuperación de objetos del Galeón San José
Sxxi.net EcoSociedad- El Galeón San José, hundido hace más de tres siglos en las profundidades del Caribe colombiano, no es solo un pecio histórico: es un tesoro legendario valorado en miles de millones de dólares, un símbolo de la opulencia colonial española y el epicentro de una de las batallas legales más complejas del derecho internacional contemporáneo. Desde su descubrimiento en 2015, el San José ha desatado reclamos entre naciones, empresas privadas e incluso comunidades indígenas, convirtiéndose en un caso emblemático de patrimonio subacuático.
El presente
El Gobierno nacional presentó en Cartagena cinco nuevos objetos y fragmentos arqueológicos recolectados del Área Arqueológica Protegida del Galeón San José, en el marco de la segunda fase del proyecto Hacia el corazón del galeón San José.
Las piezas fueron extraídas a bordo de buques de la Armada de Colombia, consolidando un avance histórico para la investigación científica del patrimonio cultural sumergido del país.
La primera fase del proyecto permitió realizar un estudio no intrusivo del contexto arqueológico, confirmando que el sitio se mantiene sin alteraciones antrópicas y estableciendo la distribución de objetos y vestigios estructurales en el fondo marino.
Con esa base, el proceso avanzó hacia la recolección directa de piezas representativas que permiten profundizar en el conocimiento del naufragio.
Los materiales recuperados incluyen un cañón, una taza de porcelana, tres macuquinas, monedas coloniales, dos fragmentos adicionales de porcelana y restos de sedimento asociados.
Su selección se realizó bajo criterios científicos y técnicos que garantizaron su pertinencia para los análisis y su viabilidad de extracción mediante robótica submarina.
Tras su recuperación, los objetos ingresaron al proceso de conservación especializado del laboratorio de Patrimonio Cultural Sumergido del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas (CIOH) del Caribe, dotado por el Estado y administrado por DIMAR. Allí se adelantarán estudios arqueológicos y arqueométricos que permitirán determinar origen, cronología, composición y tecnologías de producción.
La ministra de las Culturas, Yannai Kadamani Fonrodona, destacó que este avance confirma el fortalecimiento técnico y profesional del Estado para proteger y difundir el patrimonio sumergido.
A su vez, Alhena Caicedo Fernández, directora del ICANH, resaltó que la recuperación de estos objetos abre nuevas posibilidades para que la ciudadanía se acerque a la historia del galeón.
El proyecto Hacia el corazón del galeón San José es la primera investigación interdisciplinar que articula al Ministerio de Defensa, el Ministerio de las Culturas, la Armada, DIMAR y el ICANH.

Los estudios derivados de las piezas permitirán profundizar en rutas comerciales, tecnologías de la época, composición metalográfica y las posibles causas del hundimiento, aportando a la comprensión de uno de los capítulos más emblemáticos de la historia colombiana.
Una Historia de Gloria y Tragedia en las Aguas del Caribe
El San José fue construido en 1698 en el astillero de Mapil, en Aginaga (Guipúzcoa, España), por encargo de la familia Eslava y bajo las especificaciones del ingeniero naval Francisco Antonio Garrote. Con un tonelaje de 1.200 toneladas, una eslora de 38,9 metros y armamento de hasta 64 cañones (26 de 18 libras en la batería baja, 26 de 10 libras en la alta y el resto en los castillos), era un navío de línea de tercera clase según estándares británicos, diseñado para la guerra y el comercio transatlántico. Su gemelo, el San Joaquín, compartía un destino similar.
En marzo de 1706, en plena Guerra de Sucesión Española, el San José zarpó de Cádiz como nave capitana de la Flota de Tierra Firme, escoltado por 26 navíos bajo orden del rey Felipe V. Tras un mes de travesía, llegó a Cartagena de Indias en mayo. Dos años después, el 2 de febrero de 1708, su capitán, el general José Fernández de Santillán (conde de Casa Alegre), decidió partir hacia Portobelo (actual Panamá) para cargar los frutos del Virreinato del Perú: oro, plata y mercancías exóticas. El 28 de mayo, la flota de 16 barcos —incluyendo al San Joaquín y al Santa Cruz— levó anclas con un cargamento equivalente a 11 millones de pesos de la época.
Pero la gloria duró poco. A 30 millas de Cartagena, cerca de las Islas del Rosario y la península de Barú, la flota fue emboscada por la escuadra inglesa comandada por el capitán Charles Wager, quien había recibido información de espías coloniales. En la Batalla de Barú, el 8 de junio de 1708 (28 de mayo según el calendario juliano), el San José fue atacado por el Expedition. Tras hora y media de cañoneo, una explosión en la santabárbara hundió el galeón a 600 metros de profundidad. De sus 600 tripulantes —marineros, soldados y pasajeros—, solo 11 sobrevivieron. El San José se convirtió en una tumba submarina, custodiando no solo riquezas, sino también los restos de cientos de españoles.
La Búsqueda: De Leyendas a Realidad Tecnológica
Durante siglos, el San José fue un mito: un galeón fantasma cargado de tesoros perdidos. En la década de 1980, la empresa estadounidense Glocca Morra (y luego Sea Search Armada, SSA) inició exploraciones submarinas, afirmando haber localizado el pecio en coordenadas aproximadas. Colombia, endeudada, vio en el tesoro una salida: en 1982, se firmó un contrato con SSA para explorar naufragios en aguas nacionales, incluyendo el San José.
Sin embargo, el verdadero descubrimiento llegó en 2015. Usando tecnología avanzada —ROVs (vehículos operados remotamente), sonar de lado y multihaz—, un equipo conjunto del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), la Armada Nacional y la Dirección General Marítima (DIMAR) identificó los restos a 620 metros de profundidad, frente a Cartagena. El presidente Juan Manuel Santos anunció el hallazgo el 27 de noviembre, revelando cañones, ánforas y monedas españolas que confirmaron su identidad.

En 2022, nuevas imágenes de alta resolución mostraron lingotes de oro, vajillas chinas, espadas y cañones, avivando el interés. Hasta 2025, Colombia ha avanzado en mapeos detallados, con planes para un museo en Cartagena que exhiba los artefactos recuperados. En julio de 2025, México y Colombia fijaron octubre como fecha para detallar la «misión Hacia el corazón del Galeón», una operación conjunta para extraer tesoros antes de 2026, bajo estrictas normas arqueológicas.
Pleitos Jurídicos: Un Laberinto Internacional de Reclamos
El San José no es solo un tesoro; es un polvorín legal. Tres frentes principales disputan su propiedad:
- Colombia vs. España: Colombia reclama soberanía por estar en su zona económica exclusiva (ZEE), invocando su Ley 1675 de 2013 sobre patrimonio cultural sumergido. España, por su parte, argumenta inmunidad soberana: como buque de guerra español hundido en combate, el pecio es inviolable bajo la Convención UNESCO de 2002 (que Colombia no ha ratificado). Madrid exige conservación in situ y prohíbe explotación comercial, proponiendo un «patrimonio común hispánico». En 2024, Colombia contrató abogados franceses para fortalecer su posición en arbitrajes internacionales.
- Sea Search Armada (SSA): Esta empresa estadounidense reclama el 50% del tesoro (unos 10.000 millones de dólares), alegando que sus exploraciones de los 80 les otorgan derechos vía el Tratado de Libre Comercio EE.UU.-Colombia. En 2007, la Corte Suprema colombiana falló a su favor, pero el gobierno se negó a pagar. En 2011, una corte de Washington otorgó la propiedad a Colombia por prescripción. SSA apeló ante la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia y, en 2025, mantiene un arbitraje en la Corte Permanente de Arbitraje (CPA) por 10.000 millones. En 2023, demandaron 40 billones de pesos colombianos en indemnización.
- Comunidades Indígenas y Otros Actores: La nación Qhara Qhara (Bolivia) reclama derechos sobre el oro de Potosí, argumentando explotación colonial. En 2019, demandaron ante la CIDH; en 2025, un abogado español representa a una alianza indígena que ve el tesoro como «patrimonio compartido». Perú también ha mostrado interés por las esmeraldas y plata virreinales.
En junio de 2025, la Corte Constitucional chilena (en un fallo simbólico) unificó jurisprudencia sobre patrimonio subacuático, respaldando la conservación estatal. Colombia’s Consejo de Estado ratificó en 2023 que los restos son propiedad nacional, pero los pleitos persisten, con apelaciones pendientes en EE.UU. y la CPA.
Cifras y el Valor del Tesoro: Riquezas que Desafían el Tiempo
El cargamento del San José era colosal: 200 toneladas de oro, plata y piedras preciosas, acuñadas en América y extraídas de minas como Potosí. Detalles clave:
| Elemento | Cantidad Estimada | Valor Actual (USD) |
|---|---|---|
| Monedas de oro (doblones) | Cientos de miles | ~4.000 millones |
| Barras de oro y plata | Varias toneladas | ~10.000-17.000 millones |
| Esmeraldas y joyas | Miles de piezas | ~1.000-3.000 millones |
| Objetos de arte (vajillas chinas, espadas) | Colección completa | ~500 millones |
| Total Estimado | – | 17.000-20.000 millones |
Estas cifras varían por fuentes: el gobierno colombiano estima 17.000 millones, mientras SSA y otros hablan de 20.000 millones. El equivalente histórico: 11 millones de pesos (el PIB anual de España en 1708). Extracción a 600 metros cuesta millones en tecnología, y Colombia planea destinar ganancias a deuda externa y conservación.
Actualizaciones al 2025: Hacia la Recuperación
El año 2025 marca un hito. En febrero, la alianza indígena aplaudió planes de Petro para una recuperación «positiva y salarial». Junio trajo confirmación de monedas a 600 metros, y julio vio la Ley 1/2025 colombiana para agilizar justicia en pleitos patrimoniales. El clímax: el 20 de noviembre, Colombia retiró cinco piezas del pecio —cañones y ánforas— en una operación histórica, pese a protestas españolas. SSA intensificó demandas por 10.000 millones, y el arbitraje CPA continúa.
El San José trasciende el oro: es un recordatorio ético de los 600 marineros sepultados y las víctimas coloniales. Mientras Colombia avanza hacia la exhumación antes de 2026, el mundo observa si prevalecerá la conservación o la codicia. ¿Patrimonio compartido o botín nacional? El galeón guarda aún sus secretos, pero su legado ya redefine el derecho de los mares.
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