Es cierto, el río Bogotá recibe 690 toneladas de carga contaminante al día y parte importante de esa carga la generamos en nuestros hogares por falta de conocimiento.
El hecho de no ver pasar el río Bogotá cerca a nuestra casa impide que hayamos creado conciencia respecto a la importancia de su cuidado y protección. Creemos que nosotros no impactamos este importante cuerpo de agua, por tanto, el asunto es de otros, no de nosotros. Pero resulta que el planeta está conectado y lo que hacemos en el hogar incide dramáticamente en el río Bogotá como muestran las cifras.
¿Cómo contaminamos el río?
La contaminación generada desde nuestras viviendas está relacionada con la utilización de detergentes no biodegradables con los que lavamos ropa, loza, o que utilizamos para el aseo personal; también arrojando residuos sólidos en los inodoros y vertiendo aceite usado por el desagüe que resulta altamente contaminante para nuestra vivienda y el río.
¿Qué hacer para no contaminar con detergentes?
En primer lugar debemos ser compradores responsables utilizando productos naturales que limpian bien como el limón, bicarbonato y vinagre, usando agua caliente que higieniza muchas veces mejor que los jabones, y en esta coyuntura por covid 19 sería conveniente adquirir detergentes biodegradables, máxime en este momento en que el jabón se ha convertido en aliado en la lucha contra el virus.
¿Qué no se debe arrojar en el inodoro?
Papel higiénico, condones, tampones, toallas higiénicas, pañuelos desechables, pañales, medicamentos, colillas de cigarrillo, casi todos no biodegradables, con gran cantidad de agentes químicos como el cigarrillo, que pueden contaminar el agua con que se riegan las plantas, podrían tapar tuberías, y generar desbordamientos con gasto adicional para nuestro ya golpeado bolsillo.
¿Por qué no votar aceite por el desagüe?
Varias cosas negativas ocurren con esta acción. El aceite se pega a la tubería y al mezclarse con detergente o jabón de cocina se genera una capa que es depósito de residuos, bacterias, y a la vez, atrae insectos y roedores.
¿Qué pasa cuando el aceite llega a los ríos, mares y océanos?
Como el aceite no se disuelve en agua, forma una película que impide el paso de la luz obstaculizando la realización de la fotosíntesis y obstruyendo la circulación del oxígeno con graves daños a la fauna y flora acuática; entre otras cosas, el aceite se puede adherir a las branquias y piel de los peces, los sofoca y hasta promueve su desaparición.
¿Qué hacer con el aceite usado?
Antes que nada, el aceite se debe usar con racionalidad evitando el desperdicio, pero en caso de tener que desechar este sería el procedimiento.
1-Dejar enfriar
2-Colocar el aceite en un recipiente con tapa y cerrar bien.
3-Entregar en sitios de acopio de aceite o puntos limpios, este se usa para hacer biodiesel, aditivos de caucho, lubricantes, detergentes y tintas para artes gráficas. En Bogotá las empresas que recogen este material operan en distintos puntos de la ciudad y las puede encontrar en la página www.secretariadeambiente.gov.co
Datos relevantes
- En Colombia se consumen en promedio 179 millones de litros de aceite al año. El 35% se convierte en residuo y se elimina por el desagüe. Imaginemos la contaminación que causamos con esta nociva práctica.
- Por cada litro de aceite que se arroja por el sifón se contaminan 1.000 litros de agua y el tratamiento de esta agua es más costoso.
- La Empresa de Acueducto de Bogotá invierte al año alrededor de $4.400 millones para detectar y extraer la grasa que obstruye los ductos subterráneos y realiza más de 8.000 mantenimientos por represamiento en la red de alcantarillado.
Usted y su familia tienen una gran responsabilidad
Desde su hogar puede contribuir al cuidado y saneamiento del río Bogotá, y de otros ríos y cuerpos de agua que recorren la ciudad como el Arzobispo, Tunjuelo, Fucha, Juan Amarillo. Debemos tener claro que nuestra supervivencia está ligada al agua; que somos parte del ecosistema, y que el río es un ser vivo que merece recuperarse, respetarse y protegerse. Evitemos contribuir a su destrucción… y a la nuestra. Ya sabe cómo hacerlo, ahora actúe.
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