Cada año parece ser más rápido el cumplimiento de ese día como consecuencia del consumo desmedido.
Sxxi.net-Ambiente. El Overshoot Day, como se conoce al día en que la humanidad agota anticipadamente los recursos que genera la Tierra en un año, se promueve para dar una voz de advertencia al mundo sobre el ritmo acelerado de consumo. Este no es un día específico, sino que se calcula cada año, dividiendo la biocapacidad del Planeta entre la huella ecológica generada por la humanidad, multiplicada por los 365 del año. En el 2021 la fecha se cumplió el 29 de julio.
¿Cómo se cuantifica la biocapacidad de la Tierra?
La biocapacidad mide en hectáreas los recursos del planeta que generan productos o actividad económica: suelos en los que se cultiva o se hace pastoreo, bosques maderables que abosrben el CO₂, áreas urbanas, recursos pesqueros.
La huella ecológica
Es la demanda mundial de recursos naturales para cubrir las necesidades.
¿Cuándo hay sobrecapacidad?
Ocurre en la medida en que el consumo supera los recursos disponibles generando déficit ecológico; por tanto, entre mayor sea este déficit más cercano al 1 de enero se ubicará el Día de la Sobrecapacidad.
Se conmemora cada vez más rápido
Desde que se empezó a hacer esta medición en 1970, el día ocurre con mayor prontitud. En este año (1970), se ubicó el 29 de diciembre; en el 2019 se conmemoró el 29 de julio, en el 2020, el 22 de agosto, y en el 2021, el 21 de julio. La pandemia producida por el covid-19, que obligó al confinamiento global, no fue suficiente para incidir de manera contundente y modificar el consumo acelerado.
Las cifras recogidas anualmente muestran una grave tendencia, pues a partir de la fecha señalada, todo lo que se consuma el resto del año será a cargo de los recursos asignados para los años siguientes y para atender las necesidades futuras de la humanidad.
No todos consumen igual
Según reporta Global Footprint Network que elabora el Living Planet Report, un informe anual en el que se revela el estado de la biodiversidad, 49 territorios finalizan el año con reserva de recursos, es el caso de Brasil, Finlandia o Angola, otros por el contrario, terminan con déficit ecológico como China, Estados Unidos, y casi toda Europa.
El informe hace un llamado urgente por la Tierra, que aunque ha aumentado su biocapacidad en un 28% en los últimos sesenta años gracias al avance tecnológico, se ve superada por el consumo excesivo aumentado en un 56%, siendo a la fecha nuestra huella ecológica 176% por encima de la presentada en los años 60, identificando como el principal responsable el sector alimenticio conformado por agricultura y pesca, altamente exigentes en demanda de agua, bosques, animales, tierras de cultivo y ganadería.
¿Qué hacer ante este panorama?
La tarea a implementar rápidamente, si queremos salvar la vida en todas sus formas, es tomar conciencia sobre la problemática real que nos acecha evitando el negacionismo usual entre los mandatarios de los países más consumistas; educar eco-personas empezando por la familia hasta la educación superior; transformar los patrones de consumo, produciendo y consumiendo alimentos ecológicos locales de manera responsable; comer menos y mejor, observando procesos respetuosos, normales y saludables en la vida de los animales; utilizar energías renovables como la solar y eólica; cultivar de manera limpia evitando los agroquímicos; proteger y cuidar el agua de toda forma de contaminación; salvaguardar los océanos infestados con nuestra basura; preservar adecuadamente los ecosistemas naturales; aplicar las 5 Rs de la Ecología; todo esto poniendo al ser humano y al planeta en el centro de las políticas y de las decisiones gubernamentales. Igualmente, cada persona desde su hogar, su lugar de trabajo y estudio puede contribuir ejerciendo prácticas de protección del ambiente.
“Además de tratarse de una economía del exceso y los desechos, el consumismo es también, y justamente por esa razón, una economía del engaño. Apuesta a la irracionalidad de los consumidores y no a sus decisiones bien informadas, tomadas en frío; apuesta a despertar la emoción consumista y no a cultivar la razón”. Zygmunt Bauman.
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