Amazonas: el tesoro que se está perdiendo

Darío Salazar, director Sxxi.net

Delfin Rosado

El ecosistema más grande del mundo en riesgo

Sobrevolar la selva amazónica, deja la sensación de volar sobre un mundo desconocido, al que intentamos acabar por todos lados, desde todos los países que tienen territorio sobre el llamado “granero o pulmón del planeta”.
Sin ser sus mediciones exactas, la extensión de esta cuenca, se aproxima a los 7,5 millones de Km2, y los países que se benefician directamente de ella son Brasil que tiene cerca de 4 millones de Km2, Surinam, Guyana, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Perú y Colombia. El Amazonas ha sido llamado el tercer mar de Colombia y su cuenca es la más grande del mundo.
Cuenta la historia que el nombre de Amazonas, fue puesto por el español Francisco de Orellana, quien en una de sus expediciones, fue atacado por indígenas liderados por mujeres, lo que asoció con la mítica leyenda griega, quedando para la historia, el nombre del río, la cuenca y la selva que se comparte. El descubridor partió de Guayaquil, recorriendo el rio Coca y Napo, hasta encontrarse con el río Amazonas. Los geógrafos se atreven a decir que el río Amazonas es el más caudaloso y largo de la Tierra, y que el agua que contiene no la juntan el rio Misisipi, Nilo y Yangtsé; es decir, posee una quinta parte del agua dulce del planeta.
El rio es el clásico rio de llanura, pues la diferencia no es de más de 500 metros a lo largo de su recorrido y el ancho varía entre 1,6 a 10 kilómetros en la parte baja, pero puede aumentar a 48 kilómetros en temporada húmeda. Su desembocadura principal en el Atlántico cobija 80 Kms de ancho y se amplía a los 240 kilómetros. La economía de ciudades como Iquitos, Manaos, Belén do Para y Leticia están íntimamente ligadas a sus aguas.
La cuenca del Amazonas no es solo la superficial, pues investigaciones geológicas describen el rio interno Hamza, el cual es más ancho, pero también más lento. Igualmente, la geología explica que la cuenca se formó a partir de “un gran golfo que originalmente se abría al Océano Pacífico, pero con la formación de la cordillera de los Andes, el golfo se cerró al oeste, formando un gigantesco lago en el norte de América del Sur. El lago se abrió hacia el este, cuando se separó el supercontinente América-África, formando el río”.

Los científicos no paran de descubrir especies en el Amazonas, información que alimenta la lista de seres vivientes en este planeta. Veamos algunas referencias: “Entre 1999 y 2009, se han descubierto al menos 1200 nuevas especies de plantas y vertebrados en el bioma amazónico.637 plantas, 257 peces, 216 anfibios, 55 reptiles, 16 aves y 39 mamíferos, y miles de nuevas especies de invertebrados”. En la cruzada mundial por salvar el Amazonas se unen gobiernos, Ongs, lideres ambientales y sociales, cantantes y personas que comprenden la importancia de este ecosistema para la regulación del clima en el planeta.

“Con el fin de contribuir a la conservación de la selva amazónica y a la reducción de gases de efecto invernadero (GEI) asociados a su deforestación, Noruega, Alemania, el Perú y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) firmaron un acuerdo dentro de la gestión del cambio climático a nivel mundial.
El acuerdo tendrá como objetivos específicos apoyar el fortalecimiento de los sectores agrícolas y medioambientales del Gobierno, mejorando el monitoreo de las áreas bajo conservación, las áreas deforestadas y el diseño de los mecanismos financieros”.

Mientras tanto, canciones, poemas, artículos, manifestaciones, conciertos y movilizaciones, se generan en sus alrededores, y en el resto del mundo, para frenar la explotación diaria y continua que amenaza con hacer perder este laboratorio de vida, del cual falta mucho por conocer y estudiar. “La Amazonia es el bosque húmedo más extenso de la Tierra. Se le conoce por su inigualable diversidad biológica, con una fauna silvestre que incluye jaguares, delfines de río, manatíes, nutrias gigantes, capibaras, águilas harpías, anacondas y pirañas”.

“Un estudio realizado por los investigadores de la Universidad de Leeds, en Inglaterra, y el Centro de Ecología e Hidrología del Consejo de Investigación Medio Ambiente británico, comprobó que la deforestación puede causar una grave disminución de la precipitación en los trópicos, con graves consecuencias para las personas, no sólo en esta región, sino en las zonas vecinas. Los investigadores analizaron la trayectoria de las masas de aire de diferentes partes de los bosques, utilizando datos satelitales de la NASA sobre la vegetación y la precipitación, y un modelo para predecir los patrones de circulación del viento. Cuanto mayor es la vegetación sobre la que el aire había viajado, mayor la cantidad de lluvia y humedad producida”.

La frontera selvática cada día se corre más, la deforestación aumenta para la ganadería y cultivos no aprobados; la tala es inclemente, y en puertos como los de Leticia y Tabatinga, se dice que diariamente salen cargadas embarcaciones con maderas, peces y material biológico, del cual muchas veces no existen reportes.
Colombia sabe muy poco del Amazonas, sus centros de investigación no son conocidos y los reportes son escasos. Sus comunidades y su mitología es desconocida, pero buena parte de ellos, como los Huitotos, ven desaparecer sus poblaciones, absorbidos por las luces y el consumo que transforman sus costumbres y su creencias y los envuelven en las redes de una civilización que cada día se preocupa por autodestuirse de manera más rápida.

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