Ingerir alimentos hasta quedar a punto de estallar es una costumbre bastante extendida en distintas culturas, pero… ¿Es bueno para la salud?
Sxxi.net Salud. Bogotá, julio 2021. Los buenos o malos hábitos alimenticios se adquieren en casa, y luego tienden a reproducirse a lo largo de la vida. Tal es el caso de las porciones de alimentos que se consumen, exageradas casi siempre. Para ilustrar traigo a colación el caso de una amiga, con un alto grado de obesidad, que después de almorzar decía: “Hagamos de cuenta que no he comido” y repetía una porción similar a la anterior, que ya de por sí, era generosa.
La costumbre de repetir, “porque mi mamá cocina muy rico”, o “porque se enoja si no como todo lo que me sirve”; llenar el plato de carbohidratos; eliminar las verduras de nuestra dieta, “porque la hierba es para los conejos”, son prácticas inadecuadas que contribuyen a formar cuerpos con sobrepeso y enfermedad.
¿Satisfecho o repleto?
Hay una importante diferencia entre estos dos conceptos. Quedar satisfecho significa comer estrictamente la cantidad de alimentos que se requieren, y quedar repleto conlleva comer en exceso, más allá de lo necesario, hábito que puede estar relacionado con el estrés, el uso de distractores que impiden ser consciente de lo que se ingiere, vida sedentaria, falta de actividad física o estados emocionales alterados.
¿Cómo afecta la salud?
La impacta negativamente, porque la superabundancia de alimentos se convierten en grasa que se acumula en distintas partes del cuerpo, especialmente en el área abdominal, alrededor de órganos vitales, en el cuello, cara, piernas, brazos, cadera, predisponiendo al organismo a sufrir de obesidad, tensión arterial elevada, niveles altos de colesterol, enfermedad cardiovascular, problemas articulares, insomnio, diabetes tipo 2, problemas gastrointestinales, entre otros.
¿Qué hacer para des-aprender el hábito de comer en exceso?
Si usted acostumbra a hacerlo tenga en cuenta estos consejos que serán de gran utilidad para que logre tener una mejor calidad de vida.
- Lo primero es entender que comer demasiado perjudica la salud, y que a pesar de no tener complicaciones en este momento, más pronto que tarde, las va a tener.
- Masticar bien y comer lentamente son buenas estrategias para darle tiempo a que ocurra la sensación de saciedad que tarda 20 minutos en llegar al cerebro. Al comer despacio se ingieren menos alimentos, y al masticar bien se contribuye a la adecuada digestión que empieza en la boca. Quienes saben de metabolismo insisten en que cada bocado debería masticarse 32 veces.
- Al parecer los alimentos calientes sacian más que los fríos, pero tenga en cuenta incluir a su ingesta diaria una buena porción de vegetales crudos (ensalada) o jugos verdes.
- Los alimentos que se deben masticar llenan más que los triturados y además se procesan en el estómago más lentamente favoreciendo que no se requiera comer tan pronto.
- Incluir fibra en la alimentación ayuda a generar sensación de saciedad y previene enfermedades.
- Incorporar proteínas de alto valor hace sentir menos hambre y mayor satisfacción.
- Comer de manera consciente, sin distractores como celular o televisión contribuye a no comer en exceso.
- Servir raciones moderadas, llenando la mitad del plato con verduras, una buena porción de proteína y baja cantidad de carbohidrato o ninguno, mejorará el problema de sobrepeso y la salud en general. Recuerde que los vegetales tienen incorporados carbohidratos en su composición.
- Utilizar platos pequeños favorece comer menos, porque la percepción psicológica indica que se está comiendo más y, al contrario, entre más grandes sean los platos, más se tienden a llenar.
- Recuerde que no está obligado(a) a comer todo el alimento que se le ofrece, pero si su deseo es no desperdiciar, pida a la persona encargada servir únicamente lo que va a comer.
“Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago”. Miguel De Cervantes
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